sábado, 1 de diciembre de 2012

SI YO FUESE ESCRITOR...



Sentada en la playa de las letras, escucho el agua de la tinta que al pintar el papel de la arena blanca, suena como la ola mágica de escritura que corre por mis venas, a través de la pluma que engalana el pergamino. Logrando en cada línea un recto y embriagador camino.

Escritor me llaman, mas no merezco tal deleite, pues aprendiz de la mente aún soy. Cuando consiga plasmar cada letra a la velocidad que ella vuela, lograré ser titulado como escritor de letras. Hasta entonces, he de conformar con estas incautas palabras, que por limitados intervalos de tiempo me llegan.

Tinta china, pluma divina, surca los mares del arenal casi platino, dejando constancia en este legado que un día escribimos, lo que hayamos en el remolino que nos dejó el viento. Pero hazlo bien, no sea que se rompa la punta del arte por el que hoy yo vivo.

Luna del cielo, reflejo en el suelo, mira mi escritura y engalana cada signo con dulzura, pues con mesura las escribo para tus amantes. Esos poetas y escritores que por los siglos te atendieron entre duetos y sonetos. ¡Ahí amiga Luna! Si yo supiera decorar esta isla de papel como tú decoras el cielo cada noche… Cuan lejos llevarían mis metas, dejando atrás estos absurdos complejos que hoy siento.

Leo las cabalgatas de mis compañeros, esas que tan hermosas, me hacen ilusionar como a un niño las de reyes. Pero a su vez, no puedo olvidar que en el pesebre un niño nació pobre. Y pobre me siento yo, pues al mirar sus continentes, mi isla queda insignificante ante los ojos de quien las lee.

No tengo cabalgatas, ni palmeras, ni objetos de plata. Tan solo estas manos que a base de letras mi torpeza delata. Si yo fuera escritor… ¡Ahí amiga Luna! Si yo fuese escritor, te dedicaría con mis más humildes letras una melodiosa, bella y hermosa canción.

Luna, luna de mis ojos, luna en mi corazón, amiga inseparable que incluso de día a veces sales a verme al sol. Luz de mis pasos nocturnos, compañera en mis infinitas noches de trabajo… Como me gusta salir a las tres de la madrugada a la azotea a mirar tu linda cara. Cuantas veces te use de modelo en mis fotografías. Como me enamora observar tu reflejo en los charcos del otoño. ¡Ahí amiga Luna! La de veces que a solas paseando por el campo escuche tu voz, esa que nadie sabe oir, si no siente por ti el más puro amor. Destellos en tu sonrisa hacen el espejo del sol, para que con mimo, no tropiecen mis pies por el camino que dirige con paso firme la guía hacia tu vereda preferida. Esa en la que aún siendo una niña, me enamoré de ti por primera vez.

¡Ahí amiga luna! Si yo fuese escritor sabría emplear mejor mis palabras, para entregarte gota a gota la sabia de mi corazón. Gota a gota el agua de mis ojos en los que te reflejas. Gota a gota el perfume de mi alma. Gota a gota por completo mi insignificante ser. Pues si algo hay vivo en mi, es gracias a la noche en que nací y lo primero que vieron mis ojos, fue tu rostro junto al de mi madre velando por lo que fui.

Amiga Luna, aunque no sea escritor, espero que estas torpes palabras al menos te lleguen a rozar de soslayo el corazón.

Vela por los que aquí escribimos, y aunque yo no lo sea, haz que sus sueños se cumplan, haz que todos les conozcan por lo que son. ESCRITORES.

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