martes, 9 de octubre de 2012

ASESINATO TRAS LA LENTE



A Yessi le gustaba fotografiar la puesta de sol desde cualquier ángulo de la ciudad, pero lo que no sospechaba es que clase de tomas obtendría esta vez. Ese día había salido a pasear con su inseparable Sony Alfa 300 en mano. Por el callejón de la vieja judería además podía encontrar sensacionales y coloridas balconadas florales en aquella cálida primavera.

Enfrascada en sus imágenes de portada, iba caminando sin rumbo, cada estampa la iba adentrando por los más hermosos lugares de la zona vieja de la ciudad. Aquel lugar lleno de historia y leyendas, todo parecía digno de ser fotografiado, una ventana, una puerta, el escudo de una de las entradas, además jugaba con la suerte de encontrar de vez en cuando alguna mujer marroquí con el velo en la cabeza, dando un especial encanto a las calles del pasado.

Yessi era una chica delgada y menudita, lo cual hacía del enfoque transversal y de los picados unas fotografías más exquisitas. En una de sus posturas retorcidas típicas de fotógrafos, observó a través del zoom de su objetivo Tamron SP AF 90mm F/2.8 Di Macro, unos movimientos extraños detrás del cristal de la ventana que estaba fotografiando. Como la imagen se quedaba demasiado corta, decidió cambiar de lente.

Sigilosa como un minino, se sentó en el suelo sacando de su mochila la lente Tamron 18-270 F/3,5 6,3 VC PZD cambiando así la distancia focal de macro a larga distancia. Una vez guardó con sumo cuidado el objetivo que acaba de quitar, volvió a la postura artificial de fotógrafo profesional, y esta vez la imagen fue clara y nítida. Se trataba de un hombre de unos 45 años y una mujer algo más joven, forcejeando por una bolsa de cuero oscura, y justo cuando estaba sincronizando el diafragma para tener mejor entrada de luz, escucho un disparo. Como buena capturadora de imágenes por secuencia, pulsó el disparador logrando unas tomas de la escena a cámara lenta. Se encontró a sí misma aterrorizada por lo que estaba sucediendo, pero no podía apartar su réflex de la escena, ni dejar de disparar obteniendo por décimas de segundo cada movimiento, dejando constancia de todo en su tarjeta de memoria de 2 GB.

Pero de pronto se dio cuenta que estaba haciendo omisión de auxilio, por el mero echo de anteponer su hobby a la vida de aquella mujer. Por eso dejó de hacer fotos en el preciso instante en el que el hombre salía por la puerta de aquella sala, dejando a la mujer ensangrentada tendida en el suelo. Buscó en su chaqueta el teléfono móvil para llamar al 112, y justo cuando estaba dando señas de lo sucedido apareció a tan solo 20 metros de ella, el asesino.

Lo que acontecería después ni tan siquiera Yessi se lo imaginaba…

Pero eso mejor lo dejamos para otro cápitulo ¿No? jejejejeej hagamos alarde de lo aprendido en la 2° entrega jaajajajaj :P

No hay comentarios:

Publicar un comentario